Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

sábado, 10 de diciembre de 2011

El cuarto de los trastos de Albert

El gran Albert Plá dice que sólo "hase cansiones". Le gusta desmitificar su extraordinario trabajo, su aportación tan Plá al cancionero en catalán y castellano, esa manera de abordar temas incómodos con el filtro amable de su voz. Un actor que canta. Los que de alguna manera estamos en este "no" negocio de la música le debemos mucho. Hizo lo que no había que hacer, en el peor momento y de malas maneras: Un héroe.

Ni tan colocado ni tan loco. Esta canción es un ejemplo.






EL QUARTO DELS TRASTOS

Hi han colònies de polilles
als vestidets de la nena
hi han restaurants de carcoma
per les vigues i entre els mobles
i de tant en tant un raig de lluna
es farta de dormir fora
i entra dins la buhardilla

I el mocador blanc de seda
s'arrossega pel terra
s'espolsa les píndules
i mocades del cos
ningú sona el seu plor
ningú moca els seus mocs
i el mocador es pregunta
coneixeré l'amor
que he passat per la vida
he passat per la història
sense pena ni glòria

El silenci de l'espelma
follant-se l'espalmatòria
l'armari del dormitori
que algo en sap d'amor i d'odi
i de tant en tant una oreneta
entra per un forat del sostre
posa un ou al niu i vola
vola
una família d'orenetes
n'ha emigrat a la buhardilla

Una palangana de llaunes
està en un recó arreconada
ja cap cul no se li acosta
cap sobaco s'hi perfuma
cap peu cansat s'hi remulla
palangana estàs parada
és el progés serà el xampú
la mort del sabó en pastilla
sobre d'ella la desgracia
cau l'oblit dels que ara es renten
en dutxes brillants i blanques

Hi ha una ràdio en blanc i negre
somiant ser tele en colors
també hi ha un quadro un bodegó
el temps li ha podrit els fruits
per cert parlant del temps
hi ha un vell rellotge
sonarà la última hora
serà tard o serà d'hora

sobre un bagul un retrato
color sèpia d'un sargento
és l'avi de la família
soldat de cavalleria
morí sent heroi de guerra
però enmarcat dins aquest quadro
recluit a aquesta foto
aquí captiu a mi em fas pena
com t'ho has fet per caure tant baix
com únic record un retrato
avi tu també ets un trasto

Hi ha una ardilla dissecada
crucificada a una branca
hi ha els crits d'una ratonera
vull sang vull destrossar rates
i de tant en tant un fil de vida
la iaia de la família
puja a ferls-hi una visita
obre una caleixera
es posa un vestit de núvia
i balla
vestida de núvia balla
i una nina li té envidia

Sento el lament del clarinet
mort el seu clarinetista
música d'aigua de pluja
baixant per la tuberia
lacònica buhardilla
si silenciosa la pols vola
mansament vestint els trastos
i de tant en tant es senten
com borden els amos
allà baix tenen senyors
els amos viuen a sota
tenen culpa algunes coses
de tenir els amos que tenen
tenen culpa algunes coses
de ser objectes de ser trastos
trastos
els inquilinos del quarto dels trastos
els inquilinos del quarto dels trastos
----------------------------------------

EL CUARTO DE LOS TRASTOS

Hay colonias de polillas
en los vestiditos de la niña,
hay restaurantes de carcoma
por las vigas y entre los muebles,
y de vez en cuando un rayo de luna,
se cansa de dormir fuera
y entra dentro de la buhardilla.

Y el pañuelo blanco de seda
se arrastra por el suelo,
se sacude los colgajos
y gargajos del cuerpo,
nadie limpia su llanto,
nadie limpia sus mocos
y el pañuelo se pregunta:
¿Conoceré el amor?
Que he pasado por la vida,
que he pasado por la historia...
Sin pena ni gloria.

Y el silencio de la vela
follándose al candelabro,
el armario del dormitorio
que algo sabe de amor y odio,
y de vez en cuando una golondrina
entra por un agujero del techo,
pone un huevo en el nido y vuela..
Vuela...
Una familia de golondrinas
ha emigrado de la buhardilla.

Una palangana de lata
está en un rincón arramblada,
ya ningún culo se le acerca,
ningún sobaco se perfuma,
ningún pie cansado se remoja,
palangana estás parada.
Es el progreso, será el champú
la muerte del jabón en pastilla,
sobre ella la desgracia,
cae al olvido de los que ahora se lavan
en duchas brillantes y blancas.

Hay una radio en blanco y negro
soñando ser tele en color,
también hay un cuadro, un bodegón,
el tiempo le ha podrido las frutas,
por cierto, hablando de tiempo
hay un viejo reloj,
sonará la última hora,
¿será tarde o será pronto?

Sobre el baúl un retrato
color sepia de un sargento,
es el abuelo de la familia,
soldado de caballería,
murió siendo héroe de guerra
pero enmarcado en este cuadro,
recluido en esta foto,
aquí cautivo me das pena,
¿Qué has hecho para caer tan bajo?
Como único recuerdo un retrato,
abuelo, tu también eres un trasto...

Hay una ardilla disecada
crucificada en una rama
y los gritos de una ratonera:
"Quiero sangre, quiero destrozar ratas",
y de vez en cuando un hilo de vida,
la abuela de la familia sube a hacerle una visita.
Abre el cajón, se pone un vestido de novia
y baila...
Vestida de novia baila...
y una muñeca le tiene envidia.

Siento el lamento del clarinete
muerto su clarinetista
música de agua de lluvia
bajando por la tubería
lacónica buhardilla
Silencioso el polvo vuela
mansamente vistiendo los trastos
y de vez en cuando se escucha
como ladran los dueños
allá abajo 
tienen señores,
los dueños viven abajo
¿Tienen culpa algunas cosas
de tener los dueños que tienen,
tienen culpa algunas cosas
de ser objetos 
de ser trastos?
trastos
los inquilinos del cuarto de los trastos
los inquilinos del cuarto de los trastos.

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA PAZ DEL DESGUACE

Un coche, símbolo
de libertad, no lo es tanto
por sus ruedas
como por el uso del freno
de mano.

Ahí, inmóvil
en un descampado, quieto
en mitad de un día intervenido
por la absurda realidad
que atenaza.

Y tú,
dentro.

martes, 22 de noviembre de 2011

PLAN B

Fui secundario,
eterno finalista
en juegos de calle.

Mis amigos tenían
medallas y novias morenas
con calcetines blancos
e incipiente sentimiento
de culpa.

Y yo,
un plan B
perfecto.
Estudiado.

Porque el juego
era
perder,
para ganar sus besos
promiscuos,
gregarios.

Robados
en mitad de la caída.

Mientras a lo lejos, ajenos
al mundo real, mis amigos
celebraban su triunfo
apedreando gatos.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Teresinha

Todos tenemos debilidades. La mía es la canción, la búsqueda. Cuando encuentro joyas como ésta, no puedo dejar de escucharlas. Integran mi bagaje musical y aprendo de ellas. Es una obsesión, sin duda. Durante unos días (o semanas enteras) no oigo otra cosa, aunque no esté escuchando nada. Me hablan y no estoy. Me ha pasado con todo tipo de estilos, desde Bohemian Rhapsody de Queen a Enciéndeme la luz, de Alejo Martínez y Paloma Ramírez. Eso sí: todas son obras maestras.

Teresinha pertenece a Ópera do Malandro, de Chico Buarque, con arreglos y piano de Francis Hime y la voz de Zizi Possi. Hay otras grabaciones de la canción, pero ésta es la que escuchaba hace unos años, en el tranvía, en el bus, de camino al Teatre Nacional de Catalunya, rodeado de gente en soledad, con la mirada puesta en una canción, una ciudad, unos ojos y ese juego de vivir que me sigue como un cobrador de morosos. Ya pagaré por todos estos lujos.

Porque (alguien tenía que decirlo) la vida es estupenda y tiene banda sonora.






TERESINHA – Ópera do Malandro, 1979.
(Chico Buarque)

O primeiro me chegou
como quem vem do florista
trouxe um bicho de pelúcia
trouxe um broche de ametista
me contou suas viagens
e as vantagens que ele tinha
me mostrou o seu relógio
me chamava de rainha.
Me encontrou tão desarmada
que tocou meu coração
mas não me negava nada
e, assustada, eu disse não.

O segundo me chegou
como quem chega do bar
trouxe um litro de aguardente
tão amarga de tragar
indagou o meu passado
e cheirou minha comida
vasculhou minha gaveta
me chamava de perdida.
Me encontrou tão desarmada
que arranhou meu coração
mas não me entregava nada
e, assustada, eu disse não.

O terceiro me chegou
como quem chega do nada
ele não me trouxe nada
também nada perguntou
mal sei como ele se chama
mas entendo o que ele quer
se deitou na minha cama
e me chama de mulher.
Foi chegando sorrateiro
e antes que eu dissesse não
se instalou feito um posseiro
dentro do meu coração.

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El primero me llegó
como quien llega en conquista
trajo un oso de peluche,
trajo un broche de amatista
me contó todos sus viajes,
privilegios que tenía,
me mostró todas sus joyas,
me llamaba 'reina mía'.
Me encontró tan desarmada
que tocó mi corazón
mas no me negaba nada
y asustada dije,¡no!.

El segundo me llegó
como quien llega del bar
trajo un litro de aguardiente
tan amargo de tragar
preguntó por mi pasado
y comió de mi comida,
indagó en mis cajones,
me llamaba perdida.
Me encontró tan desarmada
que arañó mi corazón
mas no me entregaba nada
y asustada dije,¡no!.

El tercero me llegó
como quien llega de nada
pues nada me traía,
y nada preguntó
ni siquiera sé su nombre,
mas comprendo lo que quiere,
se metió pronto en mi cama
y me llama mujer.
Fue llegando despacito
y antes que dijese no
se quedó como el dueño
dentro de mi corazón.

martes, 1 de noviembre de 2011

L´HOSPITALET - VILADECAVALLS


Trayecto insulso donde los haya.
Intento dormir. Nunca pude en los trenes.

Mi mano izquierda en la cabeza
y el codo en el cristal.

No.
No se puede.
Y menos ahora:
Se sienta un niño de ojos claros frente a mí.
Unos siete años.
Le sigue su madre,
que toma asiento a su lado.
El chaval tiene una pegatina en el pecho
de Esquerra Republicana de Catalunya
donde se puede leer:
Per tots els drets socials.
Pregunta quién es el alcalde de Cataluña.
Su madre ríe un poco
-le habrá hecho gracia-
y le explica cómo va la cosa.

Ahora me hundo en el respaldo
y dejo caer la cabeza sobre mi violín.

No.
No hay manera.
Y menos ahora:
El chaval llama a su hermano
sin dejar de darme patadas en las piernas.
Su madre le da un leve toque de atención.
Viene el otro.
Unos tres años.
Se sienta a mi lado.

Abro un libro de Claudio Rodríguez
e intento sustraer mi mente del acoso
pero estoy podrido con tanta interferencia.
Me cuesta incluso leer el nombre de cada estación.
Con un breve vistazo al poema Ajeno
doy por terminada la lección de mis clásicos
a la vez que el pequeño comienza la batalla con el mayor
y yo, que estoy en medio, me llevo la peor parte.
Su madre les da un leve toque de atención a los dos.

Ahora cierro los ojos mientras repaso mentalmente
las piezas que voy a tocar en la boda.

No.
No es factible.
Y menos ahora:
El tren sale de una estación
-ya no puedo leer cuál-
y a su paso por el cruce de vías
zarandea al pequeño tan fuertemente
que cae de cabeza en el pasillo.
Llora y chorrea sangre por la nariz.
Viene corriendo su padre
con un bebé de pocos meses.
Se lo pasa a su señora
-que se lo enchufa a la teta-
y recoge al infeliz del suelo
pronosticando una hinchazón de órdago.

Sí.
La cosa está que arde.

Se conoce que el bebé no quiere leche
porque está vomitando
-decúbito supino-
como las fuentes de Montjuic
o como cuando desatascas el váter.
A todo esto, el mayor sigue a lo suyo:
Es decir, me cuece a patadas.
Los padres infunden normalidad
preguntándole por la senyera.

El tren se detiene.
Me abro paso
entre párvulos vómitos y patadas
de herederos de la tercera república.

Estoy en la estación de Viladecavalls.
No hay nadie. Ni un bar cercano
ni una máquina de bebidas.
Nada.
En veinte minutos llegará Oriol
con su contrabajo
y me salvará de la quema
de todas las banderas patrias
y estirpes purulentas
con las que podría,
en este momento,
arder a lo bonzo.

jueves, 27 de octubre de 2011

A Tempo

Hubo un tiempo de silencios.

Eran tan eternos,
tan voraces,
que hoy han vuelto
como la fina grasa
en el motor de las palabras.

Los coches
se deslizan sobre el asfalto húmedo
y piden silencio al cruzar los charcos.

El claxon
es una cadencia de orinales bajo el agua.

La música
es un largo compás de espera.

Los vendedores ambulantes
son mudos y pusilánimes.

Todo es un cortejo a la mansedumbre
y en la cola del pan
no se oye más que la paz candente
de la cámara de gas.

Es un silencio tan retórico,
tan vivo,
que tu mirada más mía
mira a otra parte,
allá donde descansa
el tenor afónico
antes de iniciar su silente canto

que dice...

El único lazo con el mundo
y su sonido:
El crepitar del corazón
que late
y late.

domingo, 16 de octubre de 2011

OTRA CIUDAD, OTRA VIDA

o cómo decir más con menos

Otra ciudad, otra vida
Karmelo C. Iribarren
Editorial Huacanamo
Novedad octubre 2011



A ser claro, conciso, sobrio y poeta mayor vino Karmelo al mundo literario. A exprimir la palabra hasta arrinconarla, exhausta de intención, llena como invitado de boda.
Su economía en el verso convierte al poema en un desplegable, un plano que cabe en el bolsillo y puedes abrir si te pierdes en otra ciudad, otra vida.

Llueve en la portada y en el libro. En su lectura se admira a veces el trasiego tras el cristal y otras la gota que busca el marco de la ventana. A todo ese diluvio de imágenes nos tiene acostumbrados Karmelo. Pero hay más. Hay otros temas, otras sorpresas en este último libro, joyas breves, como si al abrir esa ventana que llora limpiáramos el aire viciado y entrara el escalofrío: Acaso o Hacia el internado son sólo dos ejemplos. Este libro te deja la casa limpia por diez euros.

Hay poetas que eluden aludir. Con Karmelo te das por aludido desde la página 7, donde te dedica estas miniaturas con dos palabras. Sí, esas.

En resumen: si te gusta la poesía, si quieres empezar a leer poesía, si no entiendes eso que llaman poesía, si no crees en la poesía, si a ti lo que te pasa es que te la suda la poesía… lee este libro y ya me cuentas, si alguna vez nos vemos en otra ciudad, otra vida.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Muebles

De todas mis dudas
quiero salvar
una certeza de madera
renqueante y con vetas
para acondicionar
esta sala de espera
que es la vida.

Una mesa.
Con dos cajones.
La viruta que llueve al abrirlos.

En su interior,
siempre a mano
y susceptibles de combustión,
guardo mis textos.

Hoy
he dejado un papel en blanco:
Flaco favor al mundo
mi testamento.

martes, 21 de junio de 2011

Sospecho que su melodía llega de amar...



EL TROVADOR DE BARRO NEGRO


En el pabellón de mis juguetes,
un pequeño trovador de barro negro
su laúd ataca.
A veces no sé dónde se mete.
Se hace amigo de las noches, de los perros,
de la caminata.

Pero por saberse preferido vuelve a mí,
con mañana y sol o con alba gris.
Vuelve de las sombras de un secreto que no sé.
Vuelve de un quizás, vuelve de un tal vez.

Y para mí tañe el laúd
con melodía que parece azul.
Y para mí cuenta su viaje
y la canción se estrena un traje.

Y para mí tañe el laúd
precipitándolo como un alud.
Sospecho que su melodía
llega de amar la poesía.


Suena su versión desesperada,
su versión de los misterios que lo animan,
su versión del alma.
Su canción de amor bate las alas.
Su país o su emoción llega y camina,
su ilusión desarma.

Y una vez que acaba la canción queda esperar
que vuelva a partir, que vuelva a llegar.
Así me sorprende a ratos el amanecer,
soñando que aún siempre va a volver.

(Silvio Rodriguez)
----------------------------------------

El día europeo de la música, dicen, es hoy.
Realmente, hoy es el día de esta canción.
De las canciones de Silvio. De sus poemas.
Enhorabuena. Que la disfrutes.

viernes, 20 de mayo de 2011

Los días normales





LOS DÍAS NORMALES 

Llegan 
y se van sin hacer ruido 
–como buenos 
clientes–,
luego el tiempo los confunde
en la memoria,
y ya ni sabes
si aquel lunes era jueves
o al revés.

Que no te engañen,
no son tan poca cosa
como parecen:

suelen poder
con el amor.



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Poema de Karmelo C. Iribarren incluido en Atravesando la noche, Huacanamo 2009.
Música, voz e interpretación de Vicente Llorente.
Dirigido por Jairo Arráez.
---------------------


ENLACE sobre 'Los días normales':
Que no te engañen, magnífico artículo de Itziar Mínguez para la revista AGITADORAS. Gracias, Itziar.



martes, 3 de mayo de 2011

Barbara y la enfermedad de la alegría

Grabación original:


Vídeo actuación 1965



Le mal de vivre
(Barbara)

Ça ne prévient pas quand ça arrive
Ça vient de loin
Ça c'est promené de rive en rive
La gueule en coin
Et puis un matin, au réveil
C'est presque rien
Mais c'est là, ça vous ensommeille
Au creux des reins

Le mal de vivre
Le mal de vivre
Qu'il faut bien vivre
Vaille que vivre

On peut le mettre en bandoulière
Ou comme un bijou à la main
Comme une fleur en boutonnière
Ou juste à la pointe du sein
C'est pas forcément la misère
C'est pas Valmy, c'est pas Verdun
Mais c'est des larmes aux paupières
Au jour qui meurt, au jour qui vient

Le mal de vivre
Le mal de vivre
Qu'il faut bien vivre
Vaille que vivre

Qu'on soit de Rome ou d'Amérique
Qu'on soit de Londres ou de Pékin
Qu'on soit d'Egypte ou bien d'Afrique
Ou de la porte Saint-Martin
On fait tous la même prière
On fait tous le même chemin
Qu'il est long lorsqu'il faut le faire
Avec son mal au creux des reins

Ils ont beau vouloir nous comprendre
Ceux qui nous viennent les mains nues
Nous ne voulons plus les entendre
On ne peut pas, on n'en peut plus
Et tous seuls dans le silence
D'une nuit qui n'en finit plus
Voilà que soudain on y pense
A ceux qui n'en sont pas revenus

Du mal de vivre
Leur mal de vivre
Qu'ils devaient vivre
Vaille que vivre

Et sans prévenir, ça arrive
Ça vient de loin
Ça c'est promené de rive en rive
Le rire en coin
Et puis un matin, au réveil
C'est presque rien
Mais c'est là, ça vous émerveille
Au creux des reins

La joie de vivre
La joie de vivre
Oh, viens la vivre
Ta joie de vivre.

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El dolor de vivir
(Barbara)

traducción: Francisco Sanjuán


Llega sin avisar
viene de lejos
y se pasea de orilla a orilla
por tu boca
y de pronto una mañana, al despertar
apenas nada
pero ahí está, te adormece
hasta las entrañas.

El dolor de vivir
El dolor de vivir
Que hay que vivir
Vale la pena vivir

Lo puede uno llevar al hombro
o como una pulsera en la mano
como una flor en el ojal
o justo en la punta de un pezón
no es necesariamente la miseria
no es Valmy, no es Verdún
son lágrimas en los ojos
por el día que muere, por el día que nace.

El dolor de vivir
El dolor de vivir
Que hay que vivir
Vale la pena vivir

Podemos ser de Roma o de América
Podemos ser de Londres o Pekín
Podemos ser de Egipto o de África
o de la Porte Saint-Martin
todos hacemos la misma plegaria
todos hacemos el mismo camino
que es duro pero hay que hacer
con nuestro dolor en las entrañas

Quieren comprendernos
Aquellos que llegan con las manos vacías
ya no queremos escucharlos
no podemos, no podemos más
y solos en el silencio
de una noche que nunca acaba
a menudo pensamos
en los que no volvieron

El mal de vivir
Su mal de vivir
Que ellos debían vivir
Valía la pena vivir

Y sin avisar, llega
viene de lejos
paseando de orilla a orilla
la risa en tu boca
y de pronto una mañana, al despertar
apenas nada
pero ahí está, os maravilla
hasta las entrañas

La alegría de vivir
La alegría de vivir
Oh, ven a vivirla
Tu alegría de vivir


--------------------
Rafa Berrio me descubrió canciones imprescindibles, composiciones propias que dan sentido y dimensión a este oficio, y obras de otros, perdidas en el sótano de mi extrema ignorancia, saciando así esta sed mía de vivir, el dolor de vivir, la alegría de encontrar otra buena canción... ¿triste?... como ésta. Genial hallazgo. Gracias.

El cinco de mayo de 2011, Rafa Berrio en el Libertad 8, Madrid. Seguid sus pasos, por favor.

viernes, 1 de abril de 2011

IGUALES, IGUALES

En Mayo del 93, siglo pasado, estuve en Madrid con Tigre y Guerrero en lo que iba a ser un viaje cultural. El trío de pájaros salía del nido por primera vez, en libertad teenager rumbo a lo desconocido. Yo, de entrada, perdí el tren. Normal, no me había levantado a las seis de la mañana en mi vida. Llegué a la capital siete horas más tarde y allí estaba el dúo dinámico esperándome: Guerrero (que por aquél entonces era una especie de señora con gafas y pelo alborotado, hecha la permanente natural, imagen vintage ya en esos tiempos) y Tigre, máquina de humor de pupitre que era, cuando quería, un pedazo de pan (duro). Inseparables, triángulo de amistad a prueba de olvido. De Tigre no sé nada, creo que es periodista. A Guerrero todavía lo tengo que aguantar cada semana. Trabajamos juntos en eso que se ha dado en llamar “La buena vida”.

Una vez hechas las pertinentes aclaraciones en defensa de mi persona, invité a la primera ronda (para mí, ellos ya estaban en la fase miracómoestáesatía) y en un mapa trazamos lo que di en llamar Vamosaquemarmadriz.

El cartel inicial era prometedor: Museo Reina Sofía, Antonio López. Casi ná.

Nos faltaba la jaula en un brazo y la gallina en el otro, con caras de joderquébueno y el típico tópico pareceunafoto. Subnormales profundos y provincianos parecíamos. Los lavabos a lápiz de Antonio López me dieron ganas de mear, aflojándoseme el esfínter ante tal mayordomía artística.

Aquello era realismo, sí, pero la cruel realidad nos aplastaría con una ausencia de témperas en el primer piso. Y es que a pie de obras (grandes obras) habían reservado los bajos para una exposición antológica de un gran artista vivo: se trataba de cuadros no ya a medio hacer, sino directamente en blanco. Blanco, otro blanco, otro con un marco en blanco. Dicen que el artista había pintado las paredes de blanco también, para acondicionar su gran sala en la que colgaría sus fetos blancos. Blanco sobre blanco. Y tiro porque me toca. Venía de la Tate Modern y había traído su blancura a Madrid, para que aprendiera el tal Antonio López.

Los tres por allí deambulando, imagínate el plan: Una risa castrada por allí, un tirar de mano para acallar el grito por allá, los tres buscando un cuadro con algo más que el forro del marco blanco, intentando desviar la mirada de aquél caos de leche, y en esas que vemos a un buen hombre de pie, con las manos a la espalda (era para haberlo esposado, desde luego) frente a un gran cuadro blanco. Absorto. En blanco. Buscando eso que sin duda no iba a ver nunca, o que, en su éxtasis de blanca coca, veía a colores. Si te pasa a ti, ¿qué haces? No sé, pero nosotros nos tiramos al suelo en decúbito prono y sonora carcajada, reptando hacia la salida. No hizo falta porque la de seguridad nos llamó la atención (como los cuadros) y nos hizo salir. Cosa mala, la albacea de arte.

Igual otro día os comento la juerga posterior en los sótanos de Argüelles. Esa que di en llamar Vamosaquemarmadriz. ¿Te acuerdas? Pues yo no. A las doce estaba en el taxi, de vuelta al hotel, con el pobre taxista pidiéndome que sacara la cabeza del coche por si me sobrevenía otro éxito de Arcade. Cuando eres joven, no es que seas inconsciente (que también) sino que no te reconoces si no estás inconsciente. Ah, batallitas del siglo pasado.

Todo esto te lo cuento porque todavía hoy no puedo asegurar que los cuadros en blanco de Robert Ryman sean auténticos originales. De hecho, he visto miles de ellos en las tiendas de pintura. Iguales, iguales.

lunes, 28 de marzo de 2011

Caer en La Red

Hechos sorprendentes vienen definiendo mi quehacer como teclista diario sobre portátil. Al parecer, la falta de aire y el lento goteo de ruidos y ventiladores que centrifugan me van turbando mientras busco el punto final con la exasperante maniobra del que machaca a un insecto alojado en la hache e insiste hh e insiste hhhh hhhasta que se desmayakfghjrtywrthwij b

Al rato, levanto la cabeza y no recuerdo nada. Frente a mí, la imagen de lo que parece ser una hoja flotando en fondo gris, con ventanas donde leo Times New Roman y 12 y Normal. Mi cabeza arde, y el portátil también, a juzgar por los ruidos que genera el tibio vibrar del armazón negro que protege pantalla y teclas. O esto está a punto de despegar, o me llaman al móvil, o reinicio… pero no tengo tiempo que perder (eso debió pensar el que inventó esta silla partespaldas) y actúo en consecuencia, efecto contagio, dedo tras dedo, pieza que cae sobre pieza que cae sobre pieza que… y me vuelvo a dormir, pero esta vez con la sensación de estar en una nube. Sueño que busco datos relevantes que me permitan dilucidar las ventajas de la Venta Fría y me aparecen aproximadamente 5.830.000 resultados en 0,07 segundos. Es brutal la rapidez e información que puedes conseguir hoy en día con un portátil, internet y dos días sin dormir como te mereces, amén de ondas y otros residuos aéreos que te ponen el cerebro en ebullición. Obviando este déficit, en mi sueño encuentro buenas razones para empezar negocios puerta a puerta o tienda virtual a tienda virtual, para generar unos ingresos que me permitan seguir soñando en que un día vuelvan a su lugar mis hombros caídos en la red de redes, paradoja del vacío más profundo, hueco sin ascensor, cascada… ¡Cascada! ¡Ahora lo recuerdo! ¡Eso es lo que estaba buscando en internet!

viernes, 11 de febrero de 2011

PALÍNDROMO EGIPCIO

11/02/2011

¿Un día importante?
¿Nuevo Egipto Libre?
¿Se lee igual desde la izquierda
que desde la derecha?

Y nosotros...
¿Somos un país
Palíndromo?

¿Por dónde leemos ahora?

¿O dejamos de leer
a diestro
y siniestro
para escribir
algo como

Fora Cap i cua
Visca Cap i cap?

lunes, 31 de enero de 2011

Réquiem por un país mal apagado

No suelo tratar ciertos temas en mi blog. No doy explicaciones. Me gusta tenerlo limpio de política y juicios, por pura práctica de higiene, pero esto tengo que decirlo. Pido perdón a los que me leen fuera de España porque, por suerte, esta entrada no va con ellos.
No pertenezco a ningún grupúsculo reaccionario de fumadores (de momento) ni a una liga pro-muerte cuyo símbolo sea un cenicero repleto, pero no quisiera que me llamaran la atención mis enemigos por callarme. En todo caso, no puedo dejar que Papá-Estado decida cómo y cuándo debo matarme. 

Ha pasado un mes desde que entrara en vigor la nueva ley llamada Antitabaco en España. La situación actual no era el mejor marco para “imponer” una restricción en nuestros derechos de tal calibre, pero ahí está: un mes ya. Ahora, si quieres desayunar en el bar, leer el periódico y fumarte un cigarro tendrás que salir a la intemperie para hacer esto último, pero no a la puerta, porque el fumador tiene también orden de alejamiento. Abrígate.

En los bares, a las once de la noche, hay familias con niños protestando porque tienen sueño, pero los padres están ahí, aguantando, felices porque ahora pueden tomarse una coca-cola light y un agua con gas en un bar con zumos y sin humos. Luego salen a la calle y huelen mejor, sobre todo cuando cruzan el asfalto entre coches y contaminación. Ahora les toca a ellos. Porque se trata de eso, exclusivamente. La opción de respetar al distinto es inviable, al parecer. Puede haber, sin ningún problema, locales para fumadores y no fumadores. Pero no: Se trata de joder, y no donde se debiera (en el ámbito privado y con quien tú quieras) sino a plena luz de bar y acatando lo que diga el político de turno y la OMS, que tanto vela por nuestra salud y sobre todo por la de las farmacéuticas (las empresas, no las pobres expendedoras).

A todo esto, la parte interesada del sector servicios está que trina porque algunos hemos tomado la decisión de no acudir a los locales donde no se puede fumar. Y pierden dinero, claro. Un sector que lleva en su nombre la palabra “vicio” no puede darnos la espalda. Algunos lo saben. Yo acudo a los locales donde el propietario piensa y obra en consecuencia. Lugares donde, como antes de la ley, nos respetamos fumadores y no fumadores. Ahora somos ilegales, sí, pero no pusilánimes.

Si esto sigue así, no hay que ser futurólogo para intuir el final. Además, España ya tiene principios de finales. Empieza a acabarse. El país con un promedio de un bar cada 75 habitantes y 360 días de sol al año acoge las leyes de modelos europeos donde oscurece a las cuatro de la tarde y su gente se emborracha en soledad. España y su fiesta cierra hasta nueva orden por defunción, por la muerte moral de los que la habitan.

Ya podemos preparar el esfínter: La embestida no ha hecho más que empezar.

sábado, 15 de enero de 2011

DÉJAME SER

Por las mañanas intentas entrar desde el sueño a este lado. A veces, ni con dos cafés lo consigues. Y ya, para qué. Dejas ir al día y le sueltas la mano. Comes algo y te enteras por la tele que vives en un mundo de mierda. Algo sospechabas. A la tarde, si tus múltiples ocupaciones vacuas y alimenticias te lo permiten, piensas en los que no están, y ves por todos lados. Han ido vertiendo señales como piedras preciosas bajo las rocas. Te las han pintado. Tienes un mimbre lleno de ellas en casa. Y la imagen de una línea gris sobre el cuero blanco cortado a fleje. Cuentos infantiles sonando en la aguja de la memoria, que es laguna seca de alquitrán, al fin y al cabo.

No suelen herirte estas cosas, pero tampoco son motivo de euforia. No son nada, y eso es lo que te jode. Que alguien, en algún lugar, está violando tu sueño.

No has perdido este día. No tienes suerte ni para eso. Mañana le tenderás la mano, como hoy. Después, abrirás los dedos para que se marche, despacio, con la vana esperanza de que no regrese más. Y así otros tantos. Siempre iguales pero cada vez menos parecidos a eso que llaman vida.

No es una prueba. No hay nada que superar. Ya dije en algún sitio, y sonriendo, que el suicidio, si se hace bien, debe ser una experiencia irrepetible. Si decides marcharte, y ves al dios que no existe, le partes la cara de mi parte. Pero si consigues salir de ésta, y te quedas rondando la vida… quiero que sepas por qué todavía creo en el hombre. En el ser humano. En esa emoción de hambre vívida que se obstina una y otra vez en derramar esperanza, fiebre tímida, burbujeante, por los ojos.

Por esto que vas a ver, entre otras cosas, merece la pena y la alegría. Sentir. Ser.