En este momento, creo que la mejor manera de retomarlo es con Léolo, de Jean-Claude Lauzon.
Cruda, insólita y mágica película que vi en su día (1992) en plena efervescencia creativa y que, sin darme cuenta, ha vuelto ahora conmigo para el nuevo proyecto que tengo entre manos.
Si no la conocéis, os aconsejo que os zambulláis en ella. Eso sí, sin palomitas.
3 comentarios:
Me partí el culo a ratos con Leolo. Laura debía tener la regla el día que la vimos. Se quedó dormida hecha un ovillo en el sofá. En otros momentos de la peli pensé y mucho sobre la puta vida y desde entonces, lavo minuciosamente los tomates antes de comerlos.
Un abrazo amigo. Me alegra ver que el blog retoma su andadura.
Un abrazo por el "ciber-despacio"
¡¡Por fin!!
Se te ha echado mucho de menos por aquí.
Prometo ver la peli ahora que vuelven los mágicos tiempos de la introspección.
Un abrazo siempre...
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