Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

lunes, 22 de septiembre de 2008

ODA A LA PODA





¡Qué cosa más asombrosa!
¡La tala es la monda!
¡La poda es curiosa!

cercena, desmocha, purga,
rebana, escinde, divide,
para que algún día
un baldío chuzo o garrocha
nacida de un erial
-otrora barbecho-
eche a volar sus puntas
como el que dice allá voy,
amarrándose a una atalaya
poblada de excrementos.

Cuando el sol oprime la despensa
en su cerrazón obsoleta
y la terca lluvia
es fatiga a expensas,
el pequeño hierbajo
-o como diría Atahualpa,
el pequeño yuyo-
despunta hacia el cielo
como poseído por el frenesí:
La orgía de estrellas le espera
cuando se convierta
en un árbol herido de vida.

En unos años cumplirá su función
de cobijo, sombra, parasol,
deceso de animales ahorcados
recipiente miccionador
o
simplemente
árbol.


Y pensar que el hombre estuvo detrás de esta gesta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo coja por donde lo coja, tu oda a la poda me dice tanto. Vuelvo a perderme sonriente por algunos versos y mis intenciones van más allá del devertimento recitando para mis adentros otros.
Por cierto, amigo, pronto podaremos nuestra maceta verde de hojas puntiagudas y cogollos sabrosos de resina dulce. No será una cosecha generosa, pero será bienvenida como siempre.
Abrazos generosos que esperan.

Silente (Vicente Llorente) dijo...

Has visto, si ya sabía yo algo de la poda. La poda es curiosa (je, je). Sólo con que la consumas tú en el camarote ya me llega el efecto (sabes que yo no le doy a eso, bastante tengo ya al natural)

Abrazos generosos y champán para todos.