Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

domingo, 29 de junio de 2008

PERIFERIAS

Muchos directores de cine han intentado poemizar en imágenes, consiguiendo tan sólo polemizar. Algunos, ni eso. Desde un punto de vista forzosamente subjetivo, la música de las imágenes (la de la banda sonora y la de la música visual) ha necesitado siempre de la buena fe del espectador. Sabemos que el director nos quiere llevar a su terreno. No obstante, nos dejamos engañar. De eso se trata. Pero hay obras de arte que te pillan desprevenido. Los ejemplos que iré subiendo al blog son aquellos que me devolvieron la fe en el cine. Me reservaron una butaca en la segunda fila.

Tim Roth está inmenso (sin hacer casi nada) en esta película, pero como siempre, me fijo más en la periferia, la segunda fila del plano: Pruitt Taylor Vince escucha la belleza de las imágenes que vemos y oímos. El maestro Morricone hace lo suyo, que es Sentir, pero Taylor Vince es el contrapunto a todo, el que da sentido, el amigo del protagonista que toca la trompeta y mira (no deja de mirar en toda la película) con los ojos del espectador.

Como dice otro maestro con apellido italiano (Mario Benedetti):

Ahora que es el fin
y ya todos las vieron
de perfil y de frente
in pectore y al dorso
en tules y de largo
no pueden caber dudas
la reina es la más linda
(...)
pero la octava de la izquierda

es la más seductora
quién podrá resistirse
a sus labios en pena
sus ojos de vencida
su tristeza en bikini.




La leyenda del pianista en el océano, 1998
Giuseppe Tornatore

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