Tim Roth está inmenso (sin hacer casi nada) en esta película, pero como siempre, me fijo más en la periferia, la segunda fila del plano: Pruitt Taylor Vince escucha la belleza de las imágenes que vemos y oímos. El maestro Morricone hace lo suyo, que es Sentir, pero Taylor Vince es el contrapunto a todo, el que da sentido, el amigo del protagonista que toca la trompeta y mira (no deja de mirar en toda la película) con los ojos del espectador.
Como dice otro maestro con apellido italiano (Mario Benedetti):
Ahora que es el fin
y ya todos las vieron
de perfil y de frente
in pectore y al dorso
en tules y de largo
no pueden caber dudas
la reina es la más linda
(...)
pero la octava de la izquierda
es la más seductora
quién podrá resistirse
a sus labios en pena
sus ojos de vencida
su tristeza en bikini.
La leyenda del pianista en el océano, 1998
Giuseppe Tornatore