Me daré una tregua.
Voy en busca de la otra vida que soy.
A tomar impulso y paellas.
Otra vida que empezó aquí,
desde la bohemia de Barcelona.
El Pastís, la concha
y el barrio chino
fue lo más seguro
que encontré para refugiarme.
Pero antes, una desmitificación
necesaria de un hombre que no
vivió de concesiones a la metáfora.
La voz ronca de un poeta de tierra
con unos arreglos musicales de altos vuelos.
Genial. Urge restituir su obra.
FRANCISCO (LA BOHEMIA)
Letra y música: Patxi Andión
Me duele el corazón de tanto oírlo:
“Cuánto has cambiado, chico. No eres el mismo”.
Me duele el corazón, perdóname Francisco,
nueve años sin hablar y, aunque no hay timo,
yo ya no aguanto más y a estos listos
que le ponen los cuernos a Marx
voy a decírselo.
Harto ya de pervivir en hambre y vino.
Harto ya de componer para el destino.
Harto ya de frecuentar putas y puentes,
de envidiarle la sonrisa a los juguetes.
De ser experto en ladillas y tabernas,
de ese puto amanecer sin haber comido
y sacar a mear versos y penas
y cambiar toda mi pureza por un bocadillo.
(Recitado)
Esta, esta es la verdad desnuda
y créelo, compañero, créelo
que la bohemia, la verdadera,
esa, esa es dura.
No sabe a poesía ni a aventura.
Huele a blenorragia y vino peleón.
Es obligada y diaria, no tiene sábados,
no tiene compasión.
No hay ventanas, es una cuesta abajo sin escalas,
con la barriga vacía, sin compañía,
salvo esa pequeña de la mente y la bragueta
lamiéndote como un perro por las esquinas
la eterna, diaria herida de la vida.
Y nunca perdona nada
y te hace pasar en horas
de la prosa a la bohemia
que es la prosa de la nada
y todo, todo lo más
que se consigue lograr es dureza
sin piedad, sin razones,
es criar los cojones de mear
donde los demás lloren.
Blog de Vicente Llorente. Música y poesía. Reseñas, opinión, humor, creación audiovisual, musical y literaria.
Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?
lunes, 29 de septiembre de 2008
miércoles, 24 de septiembre de 2008
DESEO
Esta ciudad se despereza
cuando llega la noche
y vierte su denso filtro de ternura
en unos edificios que hace unos segundos
eran tan sólo contenedores de rutina
y ahora muestran sus ventanas
como estrellas dispuestas a fugarse.
Quizás sea posible vivir
con el sabor de la arena en los bolsillos
ese regusto de piel y caricias
en busca del fuego amanecer.
Pero esta ciudad se despereza
en una habitación con bombilla
y una cama que ahora es estrecha
y fue el pretexto del juego
donde había espacio suficiente
para amar y batirse en duelo
hasta que se evaporaba la última estrella
y yo pedía un deseo:
no desearla tanto.
No desearla.
cuando llega la noche
y vierte su denso filtro de ternura
en unos edificios que hace unos segundos
eran tan sólo contenedores de rutina
y ahora muestran sus ventanas
como estrellas dispuestas a fugarse.
Quizás sea posible vivir
con el sabor de la arena en los bolsillos
ese regusto de piel y caricias
en busca del fuego amanecer.
Pero esta ciudad se despereza
en una habitación con bombilla
y una cama que ahora es estrecha
y fue el pretexto del juego
donde había espacio suficiente
para amar y batirse en duelo
hasta que se evaporaba la última estrella
y yo pedía un deseo:
no desearla tanto.
No desearla.
lunes, 22 de septiembre de 2008
ODA A LA PODA
¡Qué cosa más asombrosa!
¡La tala es la monda!
¡La poda es curiosa!
cercena, desmocha, purga,
rebana, escinde, divide,
para que algún día
un baldío chuzo o garrocha
nacida de un erial
-otrora barbecho-
eche a volar sus puntas
como el que dice allá voy,
amarrándose a una atalaya
poblada de excrementos.
Cuando el sol oprime la despensa
en su cerrazón obsoleta
y la terca lluvia
es fatiga a expensas,
el pequeño hierbajo
-o como diría Atahualpa,
el pequeño yuyo-
despunta hacia el cielo
como poseído por el frenesí:
La orgía de estrellas le espera
cuando se convierta
en un árbol herido de vida.
En unos años cumplirá su función
de cobijo, sombra, parasol,
deceso de animales ahorcados
recipiente miccionador
o
simplemente
árbol.
Y pensar que el hombre estuvo detrás de esta gesta.
viernes, 19 de septiembre de 2008
SILENCIS
Fue hace tiempo. De un blog amigo fui a dar con un enlace. En el post había una canción de esas que no has escuchado y te preguntas cómo podías estar sin ella tanto tiempo. Un regalo. Luego descubrí a Adrià Puntí (el Tom Waits català) y me llevó otra vez a la misma canción y a un documental (Rock & Cat) donde se hace balance de lo que fue la escena catalana en la época de Sopa de Cabra o Els Pets, pero además se aportan nuevas creaciones como (otra vez) la que nos ocupa.
El título tiene para mí un sentido muy especial y habrá alguien que me leerá y me entenderá.
De todas formas, una magnífica canción que hace que uno se alegre de haber venido a vivir a Barcelona y de esta martingala de Internet.
Gracies a La vida es algo que hay que morder per aquesta cançó.
SILENCIS - Josep Thió (Sopa de Cabra)
y Lluís Gavaldà (Els Pets)
Letra: Lluís Gavaldà
Música: Josep Thió
Arreglos: Joan Pau Chaves
Tres o quatre gotes delatant pluja de nit
filtren el sol per la finestra
Guaito com reposes nua des dels peus del llit
amb un posat ple de tendresa.
Oh, quantes nits
acaronant els teus dits febles.
Oh, quants matins
com el que ara tinc,
tèbi com un fil… de roba.
Amagats de tanta gent que parla,
teixim certeses amb la mirada.
Som tan lluny d’aquest soroll salvatge,
que ens fem entendre sense paraules.
Dos o tres cabells mandrosos pinten els coixins
amb el color d’aquesta tarda
Sento com camines pel so dolç del teu vestit
que entre les cuixes et delata.
Oh, quants matins
entrellaçant-nos com de pedra.
Oh, quantes nits
com la que ara tinc,
tèbia com la llum… d’espelma.
Amagats de tantes veus extranyes,
amb els silencis omplim paisatges.
Més enllà d’aquest soroll tan aspre,
que ens fem entendre sense paraules.
--------------------------------------
Tres o cuatro gotas delatando lluvia de noche
filtran el sol por la ventana
Vigilo cómo reposas desnuda desde los pies de la cama
con un posado lleno de ternura.
Oh, cuántas noches
acariciando tus dedos débiles.
Oh, cuántas mañanas
como la que ahora tengo,
tibia como un hilo... de ropa.
Escondidos de tanta gente que habla,
tejemos certezas con la mirada.
Estamos tan lejos de este ruido salvaje,
que nos hacemos entender sin palabras.
Dos o tres pelos perezosos pintan los cojines
con el color de esta tarde
Oigo cómo caminas por el sonido dulce de tu vestido
que entre los muslos te delata.
Oh, cuántas mañanas
entrelazándonos como de piedra.
Oh, cuántas noches
como la que ahora tengo,
tibia como la luz... de vela.
Escondidos de tantas voces extrañas,
con los silencios llenamos paisajes.
Más allá de este ruido tan áspero,
que nos hacemos entender sin palabras.
El título tiene para mí un sentido muy especial y habrá alguien que me leerá y me entenderá.
De todas formas, una magnífica canción que hace que uno se alegre de haber venido a vivir a Barcelona y de esta martingala de Internet.
Gracies a La vida es algo que hay que morder per aquesta cançó.
SILENCIS - Josep Thió (Sopa de Cabra)
y Lluís Gavaldà (Els Pets)
Letra: Lluís Gavaldà
Música: Josep Thió
Arreglos: Joan Pau Chaves
Tres o quatre gotes delatant pluja de nit
filtren el sol per la finestra
Guaito com reposes nua des dels peus del llit
amb un posat ple de tendresa.
Oh, quantes nits
acaronant els teus dits febles.
Oh, quants matins
com el que ara tinc,
tèbi com un fil… de roba.
Amagats de tanta gent que parla,
teixim certeses amb la mirada.
Som tan lluny d’aquest soroll salvatge,
que ens fem entendre sense paraules.
Dos o tres cabells mandrosos pinten els coixins
amb el color d’aquesta tarda
Sento com camines pel so dolç del teu vestit
que entre les cuixes et delata.
Oh, quants matins
entrellaçant-nos com de pedra.
Oh, quantes nits
com la que ara tinc,
tèbia com la llum… d’espelma.
Amagats de tantes veus extranyes,
amb els silencis omplim paisatges.
Més enllà d’aquest soroll tan aspre,
que ens fem entendre sense paraules.
--------------------------------------
Tres o cuatro gotas delatando lluvia de noche
filtran el sol por la ventana
Vigilo cómo reposas desnuda desde los pies de la cama
con un posado lleno de ternura.
Oh, cuántas noches
acariciando tus dedos débiles.
Oh, cuántas mañanas
como la que ahora tengo,
tibia como un hilo... de ropa.
Escondidos de tanta gente que habla,
tejemos certezas con la mirada.
Estamos tan lejos de este ruido salvaje,
que nos hacemos entender sin palabras.
Dos o tres pelos perezosos pintan los cojines
con el color de esta tarde
Oigo cómo caminas por el sonido dulce de tu vestido
que entre los muslos te delata.
Oh, cuántas mañanas
entrelazándonos como de piedra.
Oh, cuántas noches
como la que ahora tengo,
tibia como la luz... de vela.
Escondidos de tantas voces extrañas,
con los silencios llenamos paisajes.
Más allá de este ruido tan áspero,
que nos hacemos entender sin palabras.
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