Tú lo sabes.
Anda por ahí,
se acerca
con una
palabra,
una frase, un
final.
Lo tienes.
Puede ser
tuyo.
Bastaría con
un lápiz,
una pantalla
contra tu
cara.
Verter
lo que dicta.
Pero no lo
haces.
Tú lo sabes.
La libertad
de un buen poema
se salda con
la indiferencia:
Mirar
—mientras se va,
como vino—
una ventana.
Un coche.
La calle.
2 comentarios:
Hablas de un poema, tal vez de la inspiracion para escribirlo; pero te refieres a algo mas, verdad?
Un saludo.
Eso depende de quién y cómo lo lea.
Incluso, a algunos, el poema no les dirá nada. Gracias por leerme, a tu manera. Eso es lo importante.
Un saludo.
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