Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

martes, 30 de diciembre de 2014

CRÓNICAS DE ARJULETE

Pedro Pómez era vecino de Arjulete. Su padre ostentaba el cargo de procurador en El Consistorio. Era el típico empleado al que sus superiores le decían una y otra vez: “¡procura llegar a tu hora! ¡procura escribir sin faltas de ortodoncia! ¡procura lavarte!”
El Consistorio era una cadena de embalaje que pretendía funcionar como multinacional. De momento sólo tenían la central, pero la idea del gerente de la empresa era expandirse. Contaban con un problema sustancial, ya que no embalaban nada, pero los expertos consultados les decían que de seguir así, pronto llegarían hasta Arjulete nuevas firmas que dinamizarían el mercado y necesitarían embalar algo. Las cajas -todo hay que decirlo- quedaban perfectas. El padre de Pedro ponía las etiquetas, o sea, que no trabajaba mucho. Un día de asueto laboral, mientras miraba con sus prismáticos al quiosco de la Emilia, leyó en un periódico que el consistorio de Levantilla preparaba sus fiestas mayores y que iría a tocar allí  el increíble Capotas Yois. Tal fue su sorpresa que, en un arranque impropio de un procurador como él, gritó:
-¡Virgen santa!
-Procura callarte -dijo el gerente en voz baja, con tono de espectivo.
-Señor Paco, ¿ha leído hoy el periódico? ¡hablan de nosotros!

El padre de Pedro informó acerca del consistorio de Levantilla al señor Paco, que decía que no tenía noticias de la expansión de su propia empresa. Mientras llamaba a sus asesores, el señor Paco sonreía pensando: “¡fíjate, y eso que no tenemos con qué llenar las cajas!”.
Por fin contactó con Tremencio Asesores y le explicaron que consistorio era ayuntamiento, y que por eso mismo el Consejo Nacional de Consistorios acababa de ponerles una denuncia por usar el nombre de un bien público o algo así. El señor Paco pidió cuentas a Tremencio Asesores, ya que llevaban utilizando ese nombre desde la fundación de la empresa, hacía más o menos tres semanas. Entonces, el mismísimo Tremencio le dijo que ellos se acababan de enterar en ese momento que consistorio era ayuntamiento y además, a modo personal, le confesó también que su hija estaba embarazada otra vez y que el padre no se hacía cargo en su cuenta...
Se avecinaba una tormenta en la frágil y precaria industria Arjuletense. El señor Paco no daba su brazo a morder y se negaba a ser padrino de una madre soltera. Además, tenía un juicio en ciernes y en viernes.  Sus asesores le dieron una posible solución: para ganar tiempo, casaron a la hija de Tremencio con Alejo, el bedel de El Consistorio, que era viudo y tenía fama de hombre tranquilo y trabajador. Llevaba tres semanas en la puerta sin moverse, con lluvia, frío, sol,... y noventa años recién cumplidos. Era digno de almíbar.
También para ganar tiempo, pusieron una denuncia al Consejo Nacional de Consistorios por usar Nacional, ya que era una palabra que ya habían usado otros como El Himno Nacional, Inter Nacional, etecé.
Así y todo, la denuncia no proesperó. El juez dijo que Nacional no era una palabra en sí, sino la suma de dos palabras: Nación y Al, que venía del árabe y allí sí que se podía usar porque no estaba patestado. Después de una larga lucha judicial que duró más de diez minutos, el caso se cerró y tuvieron que ir las partes al todo otro día. La sentencia era clara: doce mil leuros para la empresa del señor Paco, por utilizar un nombre que quería decir otra cosa. Así testicularmente venía impreso.
El señor Paco entró en una profunda de presión. Ya no iba a la cadena de embalaje, más que nada porque la habían cerrado, pero también porque los hechos le habían calado jondo. Paseaba sin rumbo por los parques de Arjulete cantando: “¡procura olvidarme, la layrá, haciendo en el día mil cosas distintas!”, de ambulaba por las obras donde había pintores gritando: “¡procura embadurnarme!” y ellos lo hacían, porque el señor Paco era cocido por todos los habitantes de Arjulete, y lo querían.
También le afectó mucho la muerte de Alejo, el bedel de El Consistorio. El día de su boda no dijo sí quiero pero los casaron porque pensaron que estaba dormido, después de trabajar sin descanso durante tres semanas. Esa misma noche su joven mujer, la hija de Tremencio, dijo: “¡este está muerto!”, mientras le quitaba los pantalones de pana.
A todo esto, el padre de Pedro Pómez se había quedado en amparo. Fue al IMEN a ver si habían encontrado algo de trabajo y le dijeron que su nombre no figuraba inscrito. Él dijo que eso era impasible porque se apuntó el mismo día que cerraron El Consistorio. Le comentaron que eso sería porque aquél día era fiesta, pero que él tenía que apuntarse en el IMEN y no en el consistorio... total, que se quedó sin decir esta boca de quién es. Ya se marchitaba cabizalto a casa cuando se encontró con el señor Paco, que gritaba: “¡procura alejarte!”. El padre de Pedro Pómez le extendió una mano y el señor Paco se la leyó y se fue.
Época fatidíca para la vida en Arjulete. Los comercios de la Calle Mayor y única del pueblo habían cerrado en protesta por el abuso excesivo de los derechos de Actor y el ayuntamiento había declarado non grata la palabra consistorio, en consideración al cierre de la cadena de embalaje. Así que cerraron también el ayuntamiento, no sin antes tomarse unos días de vacaciones. La Emilia cerró su quiosco sine díe y el vendedor ambulante dejó de tocar la armónica de juguete sine cuánum. En la puerta del colegio Emilio Estelar pusieron una pancarta que decía: “No al cierre de El Consistorio. Todos somos El Consistorio. Yo soy El Consistorio. Tú eres El Consistorio. Él es El Consistorio. Nosotros somos El Consistorio. Vosotros sois El Consistorio y Ellos son los que nos han obligado a escribir esto en horas extraestelares”.
La pancarta ocupaba gran parte del colegio y de la huerta ahí yacente del tío Poncio, que se enfadó mucho mucho hasta que le salieron brotes de soja por los ojos, pero luego lo entendió y se calmolizó
Fue entonces cuando el padre de Pedro Pómez tuvo una idea para ayudar al señor Paco, que al fin y al caso había sido procurador de él. Fue algo sin premediar y un poco a la liguera, pero pensó que debía tomar cartas en el presunto. El dieciocho de septiembre de aquél año, subió a la montaña más alta de Arjulete y plantó una bandera que él mismo había confeccionado pintando las sábanas del ajuar de su hijo Pedro Pómez, que con esa cara no se iba a casar nunca -decía él-, y en un grito desjarrador, dio paso a la historia con estas palabras: “¡Yo, padre de Pedro Pómez, procurador a más señal, doy por proclamada la independencia de Nuevo Arjulete! ¡conciudadanos, arriba!”, con tan mala fortuna que eran las cinco de la mañana y sólo un perro que pasó por allí dijo miau. Es por ello que tuvo que repetirlo a las dos de la tarde antes de la siesta para que los habitantes se enteraran de su independencia y vociferaran en tremenda algazara por las calles hasta llegar con la bandera al centro recreativo, desde aquel día sede del gobierno central del estado de Nuevo Arjulete.
Las primeras medidas tomadas por el gobierno, elegido por votación popular y encabezado por el propio padre de Pedro Pómez, fue abrir El Consistorio. Entonces, por error, los empleados del ayuntamiento fueron a seguir con su trabajo, pero alguien les dijo que aquello iba a ser ahora una farmacia, y ellos dijeron que vale, porque estaban acostumbrados a tratar con el público, y así pasaron a servir ungüentos y pomadas para la tos. Una vez abierto El Consistorio, el de verdad, el señor Paco volvió a su despacho de gerente, aunque todo el proceso judicial le había trastocado un poco. Andaba siempre hablando solo y gritando no sé qué de un procurador, pero como seguían embalando cajas vacías, pues lo que era la gerencia la llevaba bien el hombre.
De esta manera limpiaron los habitantes de Arjulete su honor hasta que, pasados unos felices años de convivencia fraternal, el lechero -que se llamaba Pascual- creó su propia empresa multinacional para llevar leche a otros países como Levantilla o Pedrales de Luna. Entonces, el señor Paco le puso una denuncia por competencia desleal: “Siendo del mismo país no puedes hacerme esto, Pascual. ¡Yo fui el primero en levantar la industria Arjuletense! ¡procura que no te pille!”.
La denuncia no fue a mayores, porque al nuevo gobierno se le había olvidado crear un cuerpo judicial en Nuevo Arjulete. De esta manera, tampoco se enteraron nunca que seguían perteneciendo al mismo país que antes, porque el gobierno central no conocía sus pretensiones independentistas.
Pese a todo, los disturbios y economatos de incendio provocados por los más radiales dio origen a otro nuevo estado que se dio en llamar Pascual Independiente, integrado por los familiares del lechero y una señora mayor que pasaba allí los veranos: “Yo es que le compro siempre a Pascual y ahora, porque tenga un país no voy a dejar de comprarle...”.
A pesar de las peleas normales entre países vecinos, nunca llegó la sangre al Nilo. Tuvieron un dilema cuando vieron que sólo había una iglesia, pero ahí Pascual se portó bien: “Vale. Pascual Independiente se declara aconfesional y es más, ¡atea y sacabao!”. Así llegaron al entendimiento y el cura de Santa Tachán pudo seguir con sus emilías.
Y el escurrir de los días devolvió la paz a ambos países, hasta que la Emilia se acordó que tenía el quiosco cerrado ya dos meses y que igual alguien necesitaba tabaco o el periódico para cuando vas al lavabo y tardas mucho. Así que abrió de nuevo su comercio, pero con nuevos aires y al amparo de lo que había experimentado en su corta vida de independencia. Puso un cartel donde se leía: “Quioscolovaquia, República Federal. Todo a cien, menos las revistas para adultos que son gratis”.
Así consiguió que muchos varones pidieran la nacionalidad Quioscolovaca. Prácticamente, Nuevo Arjulete y Pascual Independiente se quedaron sin hombres y comenzó la debacle para la prosperidad de ambas naciones, impulsando el crecimiento de Quioscolovaquia, donde había trabajando dos mil jóvenes en las inmediaciones del quiosco de la Emilia, que no pudo con tal avalancha y subió rápidamente la tasa de amparo, pero como en ese país no había oficina del IMEN porque no cabía, pues nada, todos a la economía sumergida.
El padre de Pedro Pómez, como procurador de Nuevo Arjulete, convocó una reunión de todas las fuerzas vivas de su país: “He visto cómo nuestros hijos, incluso el mío, ¡malhaya!, se han marchado al extranjero a trabajar. No hemos sabido darles una educación y un sustento en su propio país y ahora se ven a bocados al destierro, al ex ilio. Es por ello y por no vaya a ser de que, me propongo crear un nuevo estado libre con mi familia, en mi casa, con moneda propia y un botijo con agua fresca para pedirle a mi hijo, sin vergüenza, que vuelva a casa... snif... ¡a su casa!”.
Quizás era tarde ya para lamentarse, porque Pedro Pómez tenía la mayor colección de revistas pornográficas del país quioscolovaco y parecía que quería seguir sumando, pero el hecho fue que el procurador hizo las bases para crear un nuevo estado que llegó varias semanas después: “Casa del Padre de Pedro Pómez, País Libre con Vistas”.
Al mes siguiente ya estaba en curso la moneda oficial -el casapadrepedropómez- que valía en el momento de salida dos gallinas y media. Luego vieron que no necesitaban moneda, porque eran cuatro y además de la misma familia. Normalmente, salvo al abuelo, dejaban fiao.
Pero éste aquí que Pedro Pómez no volvía a su casa, pese a que su padre le había hecho un país para él. No estaba por la babor. En Quioscolovaquia tenía lo que necesitaba y ya había hecho una familia: penthouse, private, Hustler,...
No obstruyante, y como tozurdo animal que era el padre de Pedro Pómez, organizó una visita oficial al país vecino con la intención de entablar relaciones comerciales y, a la postrera, traerse a su hijo de vuelta. La agenda del alto mandatario estaba muy apretada: a las diez de la mañana recepción oficial de la primera ministra Quioscolovaca a las puertas de su quiosco-país, y a las once partida de dominó internacional, con representación de ambas naciones y sin ganador oficial, pues no acababan de ver claro que el Ricardo tuviera tres fichas blancas dobles. Para evitar conflictos, los organizadores declararon la final en tablas, ante la protesta un ánime de toda la comunidad dominera que allí se concretó, y que eran dos.
A la hora del almuerzo en el recinto oficial acotado a tal defecto en las postrimerías del quiosco de la Emilia, por fin llegó el momento que esperaba el padre de Pedro Pómez. Su hijo se mostró esquilo toda la jornada pero cuando aquél le pidió pan, éste de aquí no pudo negárselo:
-Tome, Padre
-¡Hijo, por fin me hablas!
-Sí, es que creo que tenía usted razón. ¿Dónde iba yoastar mejor que en mi casa, ahora que por fin entendieron que son mayores y deben independizarse?
-Claro, hijo, ¿Cuándo vuelves con nosotros?
-No, no me entendió. Madre y usted cuentan con todo un porvenir y deben hacer su camino. Busquen un piso, que ahora hay muchas ayudas para la OPEP.
-¿Dime?
-Organización de Países Expositores de Petanca.
-¡Si nosotros no pertenecemos a eso!
-¡Pues haberse apuntao, que Quioscolovaquia fue la pro motora!
-¡Vástago des aprensivo!

Total, que allí se armó un con dios que requirió la intervención de las fuerzas vivas de la República Federal Quioscolovaca, o sea, el Julián y el Andrés, que estaban tan tranquilos tomando el sol con la boca abierta en el parque que había entre los periódicos del quiosco-país. Se llevaron presos a Pedro Pómez y a su padre y los metieron en la jaula del periquito de la Emilia -al lado de los Chupa Chups y los Sugus- pero sólo la cabeza porque no cabían, así que pudieron escaparse en un descuido del alcaucil y se llegaron hasta Casa del Padre de Pedro Pómez, País Libre con Vistas.
La familia de Pedro le abrazó acogiéndolo de nuevo en su lecho y prodigándole toda suerte de mimos y melindres, pero él se sentía extranjero en su antigua casa, máxime cuando a su padre le dio por inculcarle los valores del refranero y las frases hechas como forma de aprendizaje. Con ello posiblemente pretendía subsanar los errores educativos del pasado para con su hijo. Sobre protección, le llaman algunos.
Así por ejemplo, cuando Pedro Pómez estaba desayunando su padre le decía:
-¡Por hache o por bébetelo todo, eh!
-¡Padre, no sé si advierte usted que tengo ya treinta años!
-Así es, hijo mío. El calcio hace las veces de reparador de huesos. ¡Y no me hables así, que no hay mal que ni te cases ni te embarques! ¡Te he dicho mil veces que ciento volando y no hay dos sin tres tristes tigres mejor pedir que vivir de rodillas!

Desde luego aquél país no era para él. Tenía la tensión alta –hasta las orejas- y, para más inring, no contaba ya con su excelente colección de revistas pornográficas, algunas de las cuales tenían cedes de regalo para PC y no le había dado tiempo de llevarlos al susodicho Partido Comunista.
Lo que pasó después era algo que se veía Ben-Hur. Una noche intentó descolocarse por la ventana pero su padre lo pilló in fragata y lo metió en el calabozo de Casa del Padre de Pedro Pómez. Allí, en un agujero de dos por dos -mientras intentaba recordar la tabla de multiplicar-, vivió los peores momentos de su vida y acumuló el odio suficiente para acometer su fatal empresa. Después de dos horas preguntándose dos por dos igual a qué, se dedicó a abrir un florete en la pared suficientemente grande como para escapar, pero contaba con una gran cabeza y casi queda atrapado consigo mismo en tal torpe postura.
El padre de Pedro Pómez se hallaba a escasos metros pensando ojos que no ven mierda que pisas mientras daba de comer a Avelino, el cerdo de los Martínez, que se habían marchado al extranjero a comprar el pan. Avelino vio la cabeza de Pedro y soltó un aullido del tipo: “¡Jon ki tonk!”, que alarmó al padre de Pedro Pómez y lo puso sobre al piso. Total, que vio a su hijo con la cabeza atorada en el muro del calabozo, que antes fue la cuadra, a más señal.
Como procurador, fue un hombre que procuró siempre pensar las cosas tres veces, pero nunca lo consiguió. No estante, tuvo la endereza suficiente para no encerrar a su propio hijo de nuevo en aquella pocilga, bueno cuadra. Así que le propuso firmar la paz definitivamente con un pacto, no sin antes soltar una retahíla de refranes y frases hechas que provocaron en Pedro una exaltación, entrando en estado de choc o late.

Hoy en día, si el caminar les trae por estas tierras, casi yermas e infacundas, pueden visitar de primera mano la nueva concepción territorial de todos los países que aquí se hallan. Dejando a un helado Levantilla y otras naciones de constitución más tardía, el mapa se conforma así: Nuevo Arjulete, dentro del cual se ubica Pascual Independiente, Quioscolovaquia y Casa del Padre de Pedro Pómez, fraccionada a su vez en dos: Casa del Padre Por Un Lado y Casa de Pedro Pómez, o Casa de Arriba y Casa de Abajo.
           La situación en esta desunión de países es cuando menos insólita, en tanto en canto se diría que estamos hablando de se cesión o se gregación con más yúsculas.  Y es que Pascual Independiente ha creado otro país interno, dependiente del central, llamado Productos Pascual, que se encuentra en la misma situación que aquella de El Consistorio: Tiene más denuncias que un camello pase por un aljibe. Quioscolovaquia sigue atrayendo a jóvenes varones, sobre todo los meses de mayo, cuando celebran su Congreso Anual de Prensa Subida de Tono, que llega hasta un Do sobreagudo de pecho, de mucho pecho diría yo. En Casa del Padre Por Un Lado tienen la tasa más alta de producción de huevos en extinción, con dos gallinas y un gallo clueco a punto de parecer. El caso de Casa de Pedro Pómez se ha con vertido en pre ocupante y cuartomundista, ya que, además de tener la extensión de un cuarto, cuenta con la más baja tasa de natalidad o posibilidad de nacimientos, y –lo que es peor- la más alta en incendios y pobreza, ya que el único habitante del país, Pedro Pómez, calienta la comida en un brasero y cuando prueba con la cuchara de madera para ver si está buena, sopla muy fuerte dada su comprensión atlética y provoca incendios. Además, se derrama la comida, por lo que come poco y mal, como la mayoría de jóvenes que se independizan hoy en día.


Eso le diría su propia madre, si se hablara con extranjeros. 


Del libro B.A.R. (Breve Antología de Rescatados) 
Editorial: Cartonerita Niñabonita. Zaragoza, 2010.
Autor: Vicente Llorente.
Ejemplares únicos en cartón se pueden conseguir Aquí

domingo, 28 de diciembre de 2014

Ivette

The End

Salto sin red

Tomaron la piel como frontera

Siguen

Si hoy tuviera

El camino más largo

lunes, 1 de septiembre de 2014

LLAVES

Llaves que abren casas:
He tenido varias.

Las llaves de mis padres,
por compromiso —para ellos—
abren una puerta pequeña
donde más de uno se ha roto la cabeza
en lugar de tocar al timbre.
El golpe sonaba por las escaleras
con un eco que partía en dos la siesta.

Las llaves de Pensión Lolita,
por mil pesetas
abren a un pasillo oscuro.
En el centro, un teléfono con candado
y al fondo, un viejo en la cocina
esperando la cena, la comida o las pastillas
que sin duda tomaría.
Mi cuchitril constaba de un espejo de hojalata,
una cama con somier succionador
y una silla donde escribí aquel poema
dedicado a aquel poeta
que recité a aquella chica.

Las llaves de Hostal Acueducto
abren horas de estudio
por mil doscientas pesetas
que ganaba abajo,
en el restaurante Soft Rock,
dando clases al hijo del dueño
—que bien podría ser autista—
en la trastienda. Además,
me invitaban al menú.
Devoraba ensaladas viendo pasar a Myrna
con su bandeja y su pelo negro.
La jefa se llamaba Amor
y andaba siempre de un sitio a otro
como si realmente estuviera trabajando.
No sé si vivirá o seguirá muerta,
como entonces.

Las llaves de Alicia Fernández
abren su voz en mi canción
por el piano y el abrigo
y una ciudad cómoda para saquear
en rincones como el de Neus
y su sopa caliente a cualquier hora
o perdidos en La Campana
con Rodo, Carlos, Luis Felipe,
y un Cubalibre para desayunar.

Las llaves de Eva,
por acostarse tan pronto
abren a los sentidos
en el mejor sofá que he probado.
Todavía las tengo,
porque le hice una canción
y un hijo,
y supongo que no sabe cómo pedirme
que se las devuelva.

Las llaves de Lyndhurst
por una temporada de duro trabajo
abren a visitas memorables,
porque un ayudante de cocina
merece un embarcadero
y en Shepperton debió nacer la jubilación
como concepto
y tenían allí su loco bajo un árbol
y Blubeckers con camellos
y mucho sorry alrededor.
En fin, mis mejores tiempos.

Las llaves de Barcelona
por empezar de cero una vez más
abren al revés
—media vuelta a la derecha—
y las puertas sin cristales
dan amplitud de miras.
Mi vecina de enfrente
vive sola en una torre
y sale a tender la ropa,
a ver pasar los coches y los años
y a secarse al sol o regar las plantas.
En fin, eso de la monotonía.

Llaves que abren casas:
He tenido más.

Por suerte,
ninguna de ellas es mía.


(del libro Degeneración en generación, Vicente Llorente. Huacanamo, 2013) 




sábado, 19 de julio de 2014

Nada es mezquino

Nada es mezquino. A pesar de Artur Mas y de los que pronuncian su nombre con acento en la A, de verdad que nada es mezquino, a pesar de CIU, que ha votado recientemente en contra del derecho de autodeterminación de Palestinos, Kurdos y Saharauis pero siguen pidiendo "su" derecho a ser nación, jugando con el sentimiento de muchos, nada es mezquino. No lo es porque quedan genios como Serrat, que hacen más por su idioma que todo el parlament junto. Por medio del afecto y la curiosidad que despiertan sus canciones, todos los días hay gente aprendiendo catalán y no hay ley ni meollo institucional que pueda con eso. Gracias a él y a otros muchos autores descubrí a poetas catalanes y quise entenderlos en su lengua.
Si me dejan en paz sin mis banderas, los demás pueden optar por la que quieran. Faltaría más. Ártur Mas.

Os dejo con esta maravilla, con el poema en bilingüe y la historia del disco y la canción.




Res no és mesquí,
ni cap hora és isarda,
ni és fosca la ventura de la nit.
I la rosada és clara
que el sol surt i s'ullprèn
i té delit del bany:
que s'emmiralla el llit de tota cosa feta.
Res no és mesquí,
i tot ric com el vi i la galta colrada.
I l'onada del mar sempre riu,
Primavera d'hivern – Primavera d'estiu.
I tot és Primavera:
i tota fulla, verda eternament.
Res no és mesquí,
perquè els dies no passen;
i no arriba la mort ni si l'heu demanada.
I si l'heu demanada us dissimula un clot
perquè per tornar a néixer necessiteu morir.
I no som mai un plor
sinó un somriure fi
que es dispersa com grills de taronja.
Res no és mesquí,
perquè la cançó canta en cada bri de cosa.
–Avui, demà i ahir
s'esfullarà una rosa:
i a la verge més jove li vindrà llet al pit.


Nada es mezquino,
y ninguna hora escabrosa,
ni es oscura la ventura de la noche.
Y el rocío es claro
el sol sale y se fascina
y tiene deseo del baño:
que se maravilla el lecho de toda cosa hecha.
Nada es mezquino,
y todo rico como el vino y la mejilla curtida.
Y la ola del mar siempre ríe,
Primavera de invierno – Primavera de verano.
Y todo es Primavera:
y toda hoja, verde eternamente.
Nada es mezquino,
porque los días no pasan;
y no llega la muerte ni habiéndola pedido.
Y si la habéis pedido os disimula un hoyo
porque para volver a nacer necesitáis morir.
Y no somos jamás un llanto
sino una fina sonrisa
que se dispersa como gajos de naranja.
Nada es mezquino,
porque la canción canta en cada brizna de cosa.
–Hoy, mañana y ayer
se deshojará una rosa:
y a la más joven virgen le vendrá leche al pecho.


Músicos: 
•Josep Maria Bardagí: guitarras, arreglos y dirección musical 
•Jordi Clua: bajo 
•Francesc Rabassa: batería y percusión 
•Josep Maria Durán: teclados 

Compañía Discográfica: Edigsa 

Referencia del LP: CM 433 - Dep. Legal B. 44.160/1977 

Grabación: Estudios EMI-ODEON, S.A. de Barcelona
  
[Estamos en el año 1977. Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975 y la proclamación del Rey Juan Carlos, España camina con paso lento hacia su transición democrática. Serrat ya hace un año que volvió de su exilio tras la amnistía que promovió el gobierno de Adolfo Suárez. En estos meses ha emprendido una gira por los barrios de Barcelona, participando en muchos actos reivindicativos de las asociaciones de vecinos. Su figura comienza a engrandecerse y se le considera un verdadero paladín de las libertades. Es en los últimos meses del año cuando se pone a la venta este álbum de "Res no és mesquí". Por primera vez en su carrera habían transcurrido más de dos años sin editar ningún disco. Así nace esta nueva entrega, donde lejos de aprovechar la nueva coyuntura política para lanzar denuestos contra el pasado reciente, Serrat se refugia en musicar los versos del poeta catalán Joan Salvat-Papasseit (1894-1924) y lo hace desde la perspectiva de un poeta de hoy hacia un poeta de ayer. Sólo la lectura cuidadosa de los poemas elegidos es más que suficiente para comprender lo anterior. Serrat siempre ha manifestado un gran cariño y respeto hacia aquellos poetas en donde encontró versos que él deseaba haber escrito. Ocurrió con Machado y con Miguel Hernández. Ahora es el turno de Salvat-Papasseit, un poeta al que siempre se sintió muy vinculado. Para este nuevo trabajo Serrat se sirve de los arreglos de Josep Maria Bardagí, que ya le había acompañado como guitarrista y ahora pasa con nota máxima la tarea de la dirección musical. Su maestría como arreglista está fuera de toda discusión. En todo el disco hay un aire de delicadeza y de buen gusto musical quizás como en ningún otro en la discografía de Serrat. A pesar de ello, el disco no gozó de grandes ventas, sobre todo fuera de Cataluña. Al fin y al cabo para muchos de nosotros, Salvat-Papasseit era un perfecto desconocido. Y sólo a partir de este momento comenzamos a interesarnos por su poesía vanguardista y llena de vitalidad. Un mérito más de Serrat, a quien nunca se le agradecerá bastante su labor difusora, su recuperación de voces postergadas, condenadas al silencio, voces eludidas por los profesores en el colegio por el único hecho de pertenecer a los llamados 'poetas no oficiales'. 
"Res no és mesquí" es el tema que da título al álbum. Se trata de un canto desbordante a la vida, reivindicativo de la alegría de las pequeñas cosas en las que el poeta no oculta su optimismo por el acontecer cotidiano y refleja una filosofía más que vitalista ante las incertidumbres.  Muy rico en imágenes poéticas y metáforas, el poema transcurre con suavidad, a pequeños trazos, deteniéndose y haciéndonos contemplar cada una de las estrofas como si estuvieran hechas a nuestra medida y vigencia. La voz de Serrat suena clara y plena de énfasis y en perfecta simbiosis con la música como si de otro instrumento se tratara. Uno de los temas más logrados del disco.]   Fuente: jmserrat.com 

viernes, 30 de mayo de 2014

Estreno de La mujer de negro

Sábado, 7 de junio a las 20 horas.
Localidades: 6€
Venta: Taquilla del Teatro Castelar
C/ Travesía, 1
03600 Elda (Alicante) – España
Telf: +34 966 982 222
teatrocastelar@elda.es

Compañía: Imperio Teatro
Producción: Carasses Teatro
Dirección: Damián Varea
Intérpretes: Pedro García Oliva y Francisco Escribano
Banda sonora original y Efectos de sonido: Vicente Llorente


lunes, 28 de abril de 2014

Armonía

Se va. La veo
a lo lejos, de lado
a lado. Seis hijos
que ahora son cinco.
Una cadera prestada.
Una soledad de estreno.

Se va. La veo
de espaldas.
Se aleja como el reflejo
en el retrovisor de un tiempo
siempre en marcha. 

Ahora me mira.
Su mano se agita
como una bandera blanca.

Sigo adelante.
Le lanzo un beso.









miércoles, 9 de abril de 2014

VIEJO ESPEJO

Esta canción me acompaña desde que la compuse, en 1996. La canto en casi todos mis conciertos, a veces más tango, otras más balada, otras sin tempo, dependiendo de lo que me diga mi conexión con el público de cada lugar. Ya ha cumplido 18 años, es mayor de edad y me gustaría que se independizara. Uno hace canciones para cantarlas y para que otros las canten. No me refiero sólo a intérpretes, sino a panaderos, electricistas, abuelos a la puerta de su casa, tarareando...



VIEJO ESPEJO

Viejo espejo, tú que has visto
nacer mil veces la vida
entre cuerpos tan distintos
que has llenado de caricias.
Fiel testigo de aquél tiempo
que devuelve mi memoria,
cuando sólo éramos viento
comenzó a rodar la noria.
He buscado tras tu cara
para ver si estaba presa
la lindísima muchacha
que admirabas con sorpresa.
Esa misma que en las tardes
de verano, tan sedienta,
vino aquí a beber mi sangre
y pagó con su inocencia.

He caído tantas veces 
en errores ya vividos
que la imagen que me ofreces
es de un hombre que ha perdido.
Sólo eres un maldito
que me lloras cuando callas,
cuando dejas este sitio
sin reflejos ni esperanzas.
Y ya ves, tú no eres tanto,
eres un espejo en calma.
Para andar "imagen-ando"
necesitas luz del alma.
Si el cansancio es la derrota
del guerrero que ha vencido,
no te canses de las sombras
de estos hombres que han perdido.

Cuando sueñas terciopelo,
no te gusta la aspereza
de un rostro que ya es ajeno
a lo que fue la belleza.
Y la piel llena de vida
no aparece ante el espejo,
sólo hay rostros con heridas
de este mundo y sus reflejos.
Si la muerte abre mi puerta
tú tendrás otros caminos,
otras manos con sus huellas
marcarán nuevos destinos.
Yo quisiera hablar contigo
desde allá, de contrabando,
y decirte: viejo amigo,
viejo espejo, tú has ganado.



(Letra y música: V. Llorente)
Álbum: Contradicciones.

http://vicentellorente.bandcamp.com/album/contradicciones



lunes, 24 de marzo de 2014

En legítima defensa



En 2013 participé en un Libro libre a cinco mentes que se propuso usar el lenguaje para clamar por la libertad de creación, expresión y formas de vida.
Este 2014, más de doscientos autores seguimos volcando la misma intención en este libro, de nevera casi vacía y dignidad plena, editado por Bartleby. En su web lo presentan así:

"Ante la crisis provocada, ante el recorte de derechos, libertades y calidad de vida, actuar, En legítima defensa, con el más poderoso instrumento con que el hombre cuenta desde su propio origen: la palabra. Ese es el sentido profundo de la iniciativa que Bartleby Editores adoptó en el otoño de 2012: invitar a los poetas a rebelarse y a indignarse con su más valioso patrimonio, sus versos. Respondieron más de doscientos autores, comenzando por nuestros dos premios Cervantes, Antonio Gamoneda y José Manuel Caballero Bonald. Poetas de distintas generaciones y múltiples estéticas, premios nacionales de poesía y poetas de a pie de todo el Estado español, que se aprestaron a convivir en un maravilloso acto de resistencia y, así, contribuir a un libro colectivo para ponerle voz al sufrimiento y gritar, en legítima defensa, contra la globalización del dolor social. Un libro necesario y muy esperado."

Poemas de:
BEGOÑA ABAD DE LA PARTE
JUAN CARLOS ABRIL
ROSANA ACQUARONI
FRANCISCA AGUIRRE
CRISTIAN ALCARAZ
FELIPE ALCARAZ
CARLOS ALCORTA
JOSÉ ISMAEL ALONSO
SAMANTHA ALÚTIZ COLINO
CARLOS ÁLVAREZ
MARISA AMADOR
ABEL APARICIO
JESÚS APARICIO GONZÁLEZ
ALFONSO ARMADA
LUIS ARTIGUE
JUAN LEANDRO AYLLÓN
ZHIVKA BALTADZHIEVA
JORGE BARCO
JUAN BARJA
CHEMA BARREDO
JOSE ANGEL BARRUECO
FERNANDO BELTRÁN
NONI BENEGAS
FELIPE BENÍTEZ REYES
DAVID BOBIS
FELIPE BOLLAÍN
GSÚS BONILLA
ISABEL BONO
LOLA BORGES BLÁZQUEZ
CRISTIÁN BRITO VILLALOBOS
BÁRBARA BUTRAGUEÑO
KARMELO C. IRIBARREN
JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD
MIGUEL CABRERA
MARÍA CABRERA GONZÁLEZ
RAFAEL CALERO PALMA
AGUSTÍN CALVO GALÁN
CARMEN CAMACHO
RAÚL CAMPOY GUILLÉN
XELO CANDEL
MIGUEL CASADO
PEDRO LUIS CASANOVA
BEGOÑA CASÁÑEZ CLEMENTE
SOFÍA CASTAÑÓN
HÉCTOR CASTILLA
ALEJANDRO CASTELL
ANTÓN CASTRO
ALEJANDRO CÉSPEDES
JOSE ALEJANDRO ALONSO “CHOCHE”
JOSÉ ÁNGEL CILLERUELO
BEN CLARK
EMILIA CONEJO
CRISTINA CONSUEGRA
MIGUEL ÁNGEL CONTRERAS
RAFAEL CORRECHER
VÍCTOR CREMER
MARIANO CRESPO MARTÍNEZ
ANTONIO CRESPO MASSIEU
JORGE DÍAZ MARTÍNEZ
JORDI DOCE
TERESA DOMINGO CATALÁ
SANTOS DOMÍNGUEZ
JUAN CARLOS ELIJAS
MARÍA ELOY-GARCÍA
MATÍAS ESCALERA
JOSÉ DANIEL ESPEJO
ENRIQUE FALCÓN
ÁNGEL FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
LOREN FERNÁNDEZ FERRER
RAFAEL FOMBELLIDA
LUCÍA DE FRAGA
DAVID G. BORRERO
FEDERICO GALLEGO RIPOLL
ANTONIO GAMONEDA
MIGUEL ÁNGEL GARA
JOSÉ MANUEL GARCÍA
JUAN DE DIOS GARCÍA
SESI GARCÍA
ALBERTO GARCÍA-TERESA
DIANA GARCÍA BUJARRAL
PABLO GARCÍA CASADO
ANTONIO Mº GARCÍA CASTILLO
ANTONIO MARÍA GARCÍA FERNÁNDEZ
JOSÉ MARÍA GARCÍA MARTÍN
MANUEL GARCÍA PÉREZ
OLVIDO GARCÍA VALDÉS
MARÍA GARCÍA ZAMBRANO
SERGIO GASPAR
ANGELINA GATELL
GLORIA GIL ROMERA
LAURA GIORDANI
INAXIO GOLDARACENA
VIKTOR GÓMEZ FERRER
JESÚS GÓMEZ GUTIÉRREZ
CHEMA GÓMEZ HONTORIA
DAVID GONZÁLEZ
ÁNGEL GONZÁLEZ GONZÁLEZ
FÉLIX GRANDE
GUADALUPE GRANDE
MAGDA GUILLÉN
ÁNGEL GUINDA
ALMUDENA GUZMÁN
ANTONIO HERNÁNDEZ
INÉS HIGUERA ARROGANTE
ALBERTO INFANTE
LUIS INGELMO
ANTONIO JIMÉNEZ PAZ
HASIER LARRETXEA
ROSA LENTINI
BEGOÑA LEONARDO
VICENTE LLORENTE
CARMEN LÓPEZ
ALEJANDRO LÓPEZ ANDRADA
MANUEL LÓPEZ AZORÍN
FERNANDO LÓPEZ GUISADO
MARTÍN LÓPEZ-VEGA
MARTA LÓPEZ VILAR
JAVIER LOSTALÉ
JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS
ANTONIO LUIS GINÉS
INMA LUNA
MANUEL M. FOREGA
Mª ÁNGELES MAESO
JUAN RAMÓN MANSILLA
BRUNO MARCOS
ENRIQUE MARTÍN CORRALES
ÁNGELA MARTÍNEZ
JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ MUÑOZ
MIGUEL MARTÍNEZ LÓPEZ
JULIO MAS ALCARAZ
JOAN MASIP
MARGARITA MAYORDOMOSÁNCHEZ
NIEVES MAZÓN
ALBERTO MEDINA
ANTONIO MÉNDEZ RUBIO
JUAN CARLOS MESTRE
EDUARDO MOGA
JUAN MANUEL MOLINA DAMIANI
MARÍA MONJAS
PEDRO MONTEALEGRE
JOSÉ IGNACIO MONTOTO MARISCAL
EVA MONZÓN JEREZ
VICENTE LUIS MORA
LUIS MORALES
GUILLERMO MORALES SILLAS
JOSÉ LUIS MORANTE
JAVIER MORENO
ANA MORENO SORIANO
ANA PATRICIA MOYA RODRÍGUEZ
MATÍAS MUÑOZ
VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ
KEPA MURUA
ÁNGEL MUÑOZ RODRÍGUEZ
CRISTÓBAL NAVARRO
MARTA NAVARRO
JUAN FRAN NÚÑEZ PARREÑO
FRAN NUÑO
CARLOS OLLERO
ANTONIO ORIHUELA
ESPERANZA ORTEGA
JORGE ORTIZ ROBLA
JUAN PARDO VIDAL
DAMIÁN PATÓN FERNÁNDEZ
JUAN PEÑA
J. FRANCISCO PEÑA
ANA PÉREZ CAÑAMARES
RODRIGO PÉREZ GARCÍA
ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
JAVIER PÉREZ WALIAS
ÁNGEL PETISME
LUZ PICHEL
JUAN VICENTE PIQUERAS
ROXANA POPELKA
ENRIQUE R. DEL PORTAL
TONI QUERO
CECILIA QUÍLEZ
ANDRÉS RICARDO RADA RAMIRO
CARMEN RAMOS
MERCEDES RAMOS DE ARMAS
DAVID REFOYO
MANUEL RICO
JORGE RIECHMANN
MARTÍN RODRÍGUEZ-GAONA
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS
ALBERTO MARÍA ROMÁN MATEO
Mª JESÚS ROMERO
RAFAEL ROMERO
CHEMA RUBIO
FANNY RUBIO
MARÍA RUIZ FARO
NURIA RUIZ DE VIÑASPRE
JAVIER S. OCAÑA
VÍCTOR SALGADO
SONIA SAN ROMÁN
MARIFÉ SANTAGO BOLAÑOS
ABEL SANTOS
BERNARDO SANTOS
JUAN RAMÓN SANZ
MARTA SANZ
RUT SANZ
RAFAEL SARAVIA
MIGUEL ÁNGEL SERRANO
JAIME SILES
SILVIA SOLÍS
MARÍA JESÚS SILVA
MARÍA SOLÍS MUNUERA
JOSÉ MANUEL SUÁREZ
JUAN CARLOS SUÑÉN
ISABEL TEJADA
MANUELA TEMPORELLI
ALBERTO TESÁN
MARÍA TORVISCO
JULIA UCEDA
JOSÉ MIGUEL URBANO ANDRÉS
RAMÓN MARÍA VADILLO
JULIETA VALERO
EVA VAZ
DAVID VÁZQUEZ
JUANA VÁZQUEZ
PABLO VÁZQUEZ VIEJO
ANA VEGA
RECAREDO VEREDAS
IVÁN VERGARA
MIGUEL VEYRAT
ENRIQUE VILLAGRASA
MANUEL VILAS
JORDI VIRALLONGA
ALFONSO XEN RABANAL