Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

martes, 15 de julio de 2025

El camino más largo

 Empecé en esto de mis canciones en 1994, casi siempre acompañado por otros músicos. Allá por el 2012 inicié este largo camino solo, gracias a la crisis y a no querer pagar mal a mis compañeros. Con videoproyecciones, poemas y canciones al piano o al violín, recorrí castillos, salas, centros culturales y teatros, siempre solo en escena y fuera de ella, en labores previas de contratación, desembarco y retirada de enseres tras la actuación. Voy a seguir, porque -en realidad- sé que no lo hago solo. El boca a boca, oreja a programador, oído a concejal, me ha dado nuevas sesiones y lugares donde continuar "solo" este proyecto, este camino largo a ninguna parte que agradezco recorrer.




domingo, 25 de junio de 2023

HAY TRATAMIENTO

 

Si amas cosas que te han llegado 

por casualidad

                   hay tratamiento


Una bandera

Una religión

Sentimientos de pertenencia 

a grupos que no te pertenecen 

—porque vivir es 

estar solo—

                   hay tratamiento


La emoción de corear juntos

canciones, naciones, nociones,

con ese libre albedrío en cautiverio

y un cerebro cansado

                   hay tratamiento


Lo tienes que buscar


Eso sí.


                                                   




                                                   Vicente Llorente

jueves, 23 de febrero de 2023

850

 En el 850 blanco, con mi hermano Joaquín y mi madre, a la que acabábamos de recoger del colegio donde limpiaba. Desde atrás, veía sus cabezas rizadas en tenue conversación entre los dos y -no recuerdo, pero seguro- Serrat cantando en un cassette.


Supongo que mi cabeza iba y venía con los giros y paradas bruscas ante semáforos y paisajes de extrarradio de mis 9 o 10 años. Siendo todo lo feliz que uno pueda ser escoltando a tres seres que ama, escuché a mi madre decir que habían disparado al papa. 


-Mama, ¿han disparado al papa?

-Sí, hijo


Como me puse a preguntar entre sollozos si había sido en su trabajo, mi madre se apresuró a aclararme que se refería al papa de Roma y no a mi padre, que era policía y, en mi imaginación, había sufrido un atentado o una fatídica persecución de película.


Llegamos a casa y allí estaba "el papa", mi padre. Le di un beso y cenamos juntos. 


La luz cayendo en la calle, a través de la ventana, me trajo el ateísmo como un gozo sin remordimientos. ¡Qué me importaba el "PapaRoma" si el mío era otro!


Mi padre, mi hermano, el final de un día en casa, todos, sentados a la mesa de un lugar al que no vuelves nunca más, salvo en momentos como este, desde otro mundo, escribiendo ese recuerdo o recordando lo que escribo, mientras todo fluye bajo otra luz que, ahora mismo, se parece a dios.

jueves, 9 de abril de 2020

Pandemia y cultura




Queridos todos: Nuestro sector estaba tocado y ahora seremos los últimos en volver a nuestro estado antes de la pandemia, que era la precariedad absoluta. No somos gente que se regodee en la miseria, por eso seguimos pese a todo. Lo que sí os pido es que no contactéis para hacer conciertos gratuitos. Al menos, dejadnos que lo hagamos si nos apetece, sin más. Después de esto, si os gusta y necesitáis lo que hacemos, llenad teatros y conciertos, esa es la única forma de apoyarnos, porque la mayoría tiene que sobrevivir en este limbo del capitalismo a pesar de ellos. Si se ha elegido esta forma de vida por la mayoría votante, nosotros nos adaptamos a todo, pero llenad de capital nuestros bolsillos. Y si no somos necesarios, no pasa nada, seguid en la pelea de opiniones políticas y periodísticas surrealistas —supongo que eso también es espectáculo y entra más fácil que leer un libro o pensar— pero no acudáis al arte cuando nos vamos todos a la mierda.  ¿O sí? Bueno, haced lo que queráis.
Gracias.