En su atávico miedo a vivir, decidieron enfocar ese temor en la muerte, siendo ésta la única certeza que tenían.
Algunos de ellos, los que miraban cara a cara a la razón, capitalizaron el distraído miedo a morir de la mayoría e inventaron las religiones, con nombres, apellidos y dioses dispuestos a responsabilizarse del miedo de los demás.
Formas peores hay de buscarse la vida.
Más tarde, llegó el fútbol para incluir en ese juego a los ateos, que se creían a salvo de tamaña estulticia.
Y eso es todo.
teLlo Antares (Inéditos, 2008)
2 comentarios:
Que hermosa voz Vicente!!
Muchas gracias, Carmen. Me alegra que te guste. Saludos desde aquí.
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