Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

martes, 22 de noviembre de 2011

PLAN B

Fui secundario,
eterno finalista
en juegos de calle.

Mis amigos tenían
medallas y novias morenas
con calcetines blancos
e incipiente sentimiento
de culpa.

Y yo,
un plan B
perfecto.
Estudiado.

Porque el juego
era
perder,
para ganar sus besos
promiscuos,
gregarios.

Robados
en mitad de la caída.

Mientras a lo lejos, ajenos
al mundo real, mis amigos
celebraban su triunfo
apedreando gatos.

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