Ya me lo decía mi madre: Ay, hijo mío... ¿Y qué será lo próximo?

martes, 28 de septiembre de 2010

Estoy acostumbrado

Ésta es, sin duda,
la mejor mesa:
Junto a la ventana.

Frente a mí,
un espejo en la pared
a modo de retrovisor
me dice cuándo viene.

La espero.

Estoy acostumbrado a esperar
y hacer ver que no lo hago.

También a los días grises
en bares como éste
y el mismo café
en distintos vasos.
A la vendimia nimia de las horas
y la ropa colgando.
A la rima fácil
de mi nombre y apellido
-me recuerda que no quiero
seguir rimando-.

Un momento.

Viene alguien.

No.
No es ella.

Lástima.

Ésta estaba más buena.



Foto: Vicente Llorente, en el lugar exacto del poema.

6 comentarios:

cleopatra dijo...

Ahhh Vincent...si me habrña pasado eso, tantas veces, pero tantas que estoy segura que el hombre para mí, no existe.

Excelenre como siempre.

Te beso

Silente (Vicente Llorente) dijo...

Gracias, Cleopatra.
Lo bueno de no poder conocer a todo el mundo es que no puedes estar segura de que tu hombre no existe. Queda la duda. Y, otra vez, la esperanza.

Te beso yo más.

Sacra dijo...

Vendrá...
Yo sé que vendrá...

juanillo dijo...

Aprovecho esta visita para saludar y para decirte que este poema me ha gustado muchisimo, tanto que sin tu permiso lo he colgado en los caminos circulares, espero que no te moleste.

salud y suerte, compañero. see you

Silente (Vicente Llorente) dijo...

No me molesta. Al contrario, es un placer.
Gracias a ti por tus caminos circulares por donde me invitas a transitar.

Salud

Malone dijo...

es un poema de los que joden no haberlo escrito uno mismo